Ahora esto iba de quemar etapas. Teníamos un plan y era inamovible, esto fue lo que provocó que cuando llegamos a Huacachina nuestros caminos se separaron de los de Candice y Margarida, fue genial compartir todos esos momentos juntos, caracolear en equipo.

Esto fue así porque ellas no sabían muy bien qué hacer, querían tomarse un tiempo, pero nosotros lo teníamos claro, acción: buggy en las dunas, sandboarding, vista sobre el oasis de Huacachina, y rumbo a Paracas, movimiento!


Ver el desierto por primera vez es una experiencia increíble, no creo que en ese momento fuese 100% consciente lo verdaderamente increíble que es, observa:

Pudimos de verlo, vivirlo y beberlo:


Y así fue, no hay mucho sobre lo que filosofar, de vuelta al caparazón móvil!


Diego!