Primer día en Lima.


Teníamos solo la mañana y un poco después de comer para visitar, antes de coger el vuelo a Iquitos. Hemos ido primero a un mercado local a comer y luego nos hemos dirigido a la zona vieja, pasando por los principales puntos de interés. Ésta zona es bastante cruda, al lado de KFCs y McDonalds camuflados en colores apagados, se podía vislumbrar la realidad del día a día. A poca distancia de la plaza de armas, cerca de las montañas se pueden ver casas al estilo de favelas donde la gente vive tratando de estar cerca de la capital para tener más opciones de trabajo.


Más tarde... cogimos un bus, vaya locura. Nos dirigíamos a Barranco, una de las partes nuevas de la ciudad, para ver el barranco y visitar luego Miraflores y sus restaurantes. La conducción más loca de buses que he visto hasta la fecha. Resulta que los buses en Lima son de diferentes compañías privadas, y los conductores se disputan las paradas para recoger al mayor número de gente y así hacer más caja. Se ríen estos conductores de la Fórmula 1 y de sus estrategias. Cada encontronazo con otro bus es una pelea encarnizada, acelerones, cerrar al oponente, fintas, ignorar paradas donde no hay más que una persona, para llegar a la parada con 10 o 15 personas y recoger el trofeo.


Miraflores y Barranco parecen una Lima diferente, de hecho son diferentes municipalidades. Restaurantes con una pinta genial y tiendas de artesanía abundan en esta parte.


Diego!